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Arquitectos: João Tiago Aguiar Arquitectos
- Área: 360 m²
- Año: 2020
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Fotografías:Fernando Guerra | FG+SG
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Proveedores: Sika, AutoDesk, CARPINTARIAS PLUMA MÁGICA, CERAMISTA, CIN, Efapel, FIMARBER, FN HOTELARIA, FRANCOMETAL, Microsoft, PADIMAT, PEDRO OLIVEIRA LDA., TID
Descripción enviada por el equipo del proyecto. FOGO es el restaurante más reciente del reconocido chef portugués Alexandre Silva y se encuentra en Avenidas Novas, en Lisboa. Aquí todo se cocina al fuego, haciendo justicia al nombre del lugar – "Fogo" es la palabra portuguesa para "Fuego". Desde una perspectiva arquitectónica, se creó una conexión profunda con el concepto del restaurante. El mayor desafío fue reformar una antigua tienda de dos pisos, para crear un lugar informal y acogedor para los clientes, amantes de los ambientes más relajantes. El bar y la cocina, abiertos al comedor, ilustran este ambiente desenfadado.
En la base de la creatividad del proyecto se encuentra la idea del restaurante en sí, cocinando al fuego y utilizando productos nacionales y orgánicos de pequeños agricultores. Los materiales de construcción utilizados son portugueses, tradicionales y hechos a mano. En conjunto, sumergen lo contemporáneo con impresiones del pasado.
Todo fue personalizado y pensado hasta el último detalle, desde la loseta de lava de las Azores, el pavimento cementado realizado in situ, las "cajas" o "jaulas" diseñadas en chapa de hierro pintado hasta otros elementos metálicos como barandillas y largos bancos copetudos. Una vez más, se hace la mezcla entre lo contemporáneo y lo tradicional.
Bancos colgantes en chapa y baldosas, no solo ocultan la entrada a las puertas de servicio y los baños, sino que también brindan diferentes sentidos visuales dada la forma en que se han colocado allí; algunos sobresalen y otros vuelven a entrar. Esta idea también se replicó en la pared opuesta, en las cajas metálicas que se utilizan para la leña y para apoyar el servicio de comedor. La propuesta aquí era mantener una estética uniforme, manteniendo el restaurante pragmático y funcional.
Fiel al concepto, la luz ha sido tratada de forma especial en cajas de luz de mármol blanco de Estremoz, en la zona del bar, y en líneas de luz en la sala principal. La iluminación fue cuidadosamente diseñada y desarrollada para simular chispas, reforzando la identidad del restaurante. La iluminación destaca por el color gris oscuro del restaurante, dando la idea de que el fuego de la cocina se extiende por todos lados. Es un mensaje claro de que estamos en el restaurante FOGO, a través de una reinvención de la incursión a las cocinas de otras generaciones.
En el centro del comedor, dos pilares conectados por una rejilla metálica, forman un conjunto homogéneo que, integrando neveras de vino y comida, representan una exposición de producto de la casa singular.
El escaparate preexistente se transformó por completo, y la entrada al restaurante ahora se hace a través de una puerta pivotante, en el lado izquierdo, y no por el centro como antes, liberando así espacio para la barra. Este cambio no solo resalta la fachada, sino que también permite la creación de distintos momentos de "lleno" y "vacío", donde el primero corresponde a la parte trasera de la barra y el segundo a la entrada. El transeúnte siente un aura de misterio como una invitación a entrar.
El poder destructivo del fuego también simboliza el renacimiento y las plantas en el interior del restaurante representan la relación atemporal entre la destrucción y el surgimiento de la vida. En este proyecto se tomaron en consideración varias perspectivas: el fuego y la leña como elementos tradicionales de la cocina, los materiales de construcción nacionales y artesanales y toda la atmósfera que traen estas fuerzas combinadas.